martes, 12 de julio de 2011

DETIENEN EN CULLERA A UNA BANDA DE LADRONES

 


Detenido un grupo organizado dedicado a robar en joyerías, que se llevó un botín de 80.000 euros de una tienda de Valladolid.
Detenido un grupo organizado dedicado a robar en joyerías, que se llevó un botín de 80.000 euros de una tienda de Valladolid.

    

La Policía arrestó en Cullera (Valencia) a los cuatro presuntos ladrones, que se vestían de operarios de empresas eléctricas para inspeccionar los locales antes de robar en ellos
 
Agentes de la Policía Nacional de Valencia detuvieron en el kilómetro 555 de la A-7 dirección Alicante, a la altura de la localidad de Cullera (Valencia), a cuatro hombres de entre 27 y 33 años de origen español como presuntos autores de varios delitos de robo con fuerza, hurto, participación en grupo criminal, receptación y usurpación del estado civil. Entre otros, están acusados de un robo en una joyería de la calle Claudio Moyano de Valladolid, de donde se llevaron un botín valorado en 80.000 euros. Estos arrestos se enmarcan en la operación denominada ‘Kansas’, que concluyó cuando policías de la Unidad de Motos que realizaban labores de prevención identificaron en Valencia a cuatro personas que circulaban en un coche de la marca Range Rover y descubrieron que dentro del vehículo llevaban herramientas que habitualmente se utilizan para la apertura de puertas por el procedimiento de ‘fractura de bombillo’.
Entre las herramientas se encontraba una ‘piedra de toque’, objeto de uso exclusivo del gremio de joyeros y talleres de joyería, motivo por el que los agentes sospecharon que podría provenir de un robo con fuerza que se cometió el 26 de junio en un taller de joyería del distrito de Exposición de Valencia, al que habían accedido tras forzar el bombín de la puerta mediante la fractura del mismo y donde habían forzado la caja fuerte con un soplete, apoderándose de 24.000 euros, oro y joyas.
Durante las investigaciones, los agentes averiguaron que dos días antes de cometerse este robo una persona vestida con un traje de trabajo de color azul y con una acreditación como trabajador de una compañía de electricidad se personó en el taller y realizó una inspección del mismo, comprobando los contadores cercanos a la puerta y los de donde se encontraba la caja fuerte. Tras contactar con la compañía, comprobaron que ningún trabajador había realizado inspección alguna.
Asimismo, los policías averiguaron que los sospechosos habrían cometido al parecer otro robo en un taller de la calle Claudio Moyano de Valladolid, donde utilizaron el mismo ‘modus operandi’ y se llevaron diversos objetos cuyo valor asciende a 80.000 euros. Así, uno de ellos se hizo pasar por operario de una compañía eléctrica para estudiar el local y posteriormente el grupo realizó el robo.
Además, intentaron robar en otra joyería de la calle Panaderos de la capital vallisoletana, pero el propietario sospechó de la actitud del supuesto técnico, quien se marchó del lugar apresuradamente.
Registro
En el momento de la detención, los policías realizaron un registro del coche en el que viajaba el grupo, en el que se intervinieron de 24.000 euros, diversas joyas (dos dormilones de plata con perla de aljófar, un pendiente de oro blanco, circonitas y perla, un pendiente de plata con circonitas, diez circonitas con forma de corazón y un conjunto de brillantes, entre otras) y un bolígrafo de la marca Cartier.
Asimismo, se incautaron de abundante material para cometer los hurtos, como trece pares de guantes, un volumétrico de alarma, un 'spray', un pasamontañas negro, un cartucho de escopeta del calibre 12, un juego de llaves de cabeza triangular, cuatro destornilladores de distintos tamaños, unos alicates, un maletín con distintos aparatos de medición electrónica, una gorra y gafas de trabajo, una linterna, un chaleco multibolsillo de ropa laboral de color azul, un cinturón de trabajo, pantalones y botas de ropa laboral.
Además, tenían un listado de 42 joyerías de la ciudad de Valencia y poblaciones limítrofes con anotaciones, y un colgante porta-tarjetas escondido debajo de la moqueta del asiento trasero del coche, con cuatro tarjetas de técnico instalador de varias compañías de luz y energía.
Los detenidos, con numerosos antecedentes policiales, llevaban DNIs que habían sido sustraídos al descuido a ciudadanos afincados en Madrid, usándolos para hospedarse en los hoteles, motivo por el que se les ha imputado también la sustracción de los documentos y usurpación de identidad. Los cuatro pasaron a disposición del juez, que decretó su ingreso en prisión.

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